VAGABUNDO
Conozco
de memoria el inframundo
oculto
en la matriz de las ciudades,
me
he visto en las oscuras oquedades
desnudo
como un perro vagabundo.
Helado
el rostro gris, en lo profundo
infecto
donde anidan las deidades
rebeldes
que bajaron hasta el Hades
buscando
hacer del cielo un nuevo mundo.
Hambriento,
con la muerte en las narices
lavando
entre los viles mis pecados
el
rostro vi pasar de tantos grises
fantasmas
con los sueños postergados
de
volver de la guerra como Ulises
y
escapar del infierno de emigrados.
TADEO
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