ANOCHE
TE ENCONTRÉ
Anoche
te encontré, mi hermano muerto,
tan
cerca y a la vez de mí tan lejos
evitando
decirme en tus consejos,
si
estaba equivocado o en lo cierto.
No
viniste a rezar como el experto
ungido
de algún dios en sus reflejos
tan
sólo como buenos, como viejos
amigos,
yo dormido y tú despierto.
Sentados
a la mesa inexistente
el
pan multipliqué, y de amor los peces
nadar
hice en tus manos dulcemente.
Del
brazo de la vida te apareces.
tan
lejos del dolor, tan sonriente,
para
luego morirte tantas veces.
TADEO
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