CELOS
Te
he visto maldiciendo mis amores
de
los celos bajando hasta la fuente,
y un
brillo vi en tus ojos diferente
de
fiera sobre el nido de las flores.
Una vez
y más nunca los honores
de tu
reino gocé, fui la serpiente
que
al comer de tu cuerpo y de tu mente
al
cielo fue entre gritos y estertores.
Yo
soy el niño azul que nada espera
y
tú eres esa niña tan anciana
que
invita a mi esperanza a que no muera.
La palabra que brota, la que emana
del
cráter de tu voz me regenera
y
pone más de un sol en mi ventana.
TADEO
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