PONGO EN
CRISTO MI FE Y A ELLA ME ARROJO
Pongo en Cristo mi fe y a ella me arrojo
como se arroja al fuego el noble leño
cuando vano resulta todo empeño
y me hago yo a mí mismo mal de ojo.
Si muero y de morir me entra el antojo
porque débil me siento y muy pequeño
y toda salvación me frunce el ceño
y la suerte me mira de reojo.
Si el día es un Infierno y triste y cojo
camino, y soy el doble y soy el dueño
de un destino fatal, demente y flojo.
Si en todos los abismos me despeño
y soy yo de mí mismo mi despojo
sólo en brazos de Dios encuentro el sueño.
Pongo en Cristo mi fe y a ella me arrojo
como se arroja al fuego el noble leño
cuando vano resulta todo empeño
y me hago yo a mí mismo mal de ojo.
Si muero y de morir me entra el antojo
porque débil me siento y muy pequeño
y toda salvación me frunce el ceño
y la suerte me mira de reojo.
Si el día es un Infierno y triste y cojo
camino, y soy el doble y soy el dueño
de un destino fatal, demente y flojo.
Si en todos los abismos me despeño
y soy yo de mí mismo mi despojo
sólo en brazos de Dios encuentro el sueño.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario