NO VIVES EN MI PIEL
No vives en mi piel, mas no hay ausencia
ni este mar me resguarda del pecado
pues todo lo que pienso y lo soñado
le dan a esta ilusión su consistencia.
Sabiendo de tu ser la quintaesencia
por visto tengo y más que comprobado
que dormir cada noche a tu costado
no aviva tu ilusión ni la potencia.
Tal vez piensas en mí, cuando silentes
los ojos se te cierran y los pechos
despiertan como santos inocentes,
al roce de estos diez que insatisfechos
con uñas afiladas y con dientes
te exigen por la izquierda sus derechos.
TADEO
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