YO HE VISTO A
UNA MUJER
Yo he visto a
una mujer entrar al río,
tan cierta
como un sueño, y a mi mente
sedujo como un
pájaro a la fuente
saltando
desde el borde del vacío.
El agua
despedida a su albedrío
de las flores
el néctar, dulcemente,
probó cuando
empezaba a estar ausente
el ave
migratoria del rocío.
La mente
tenga Dios por buen tesoro,
que yo de mis
visiones no me fío,
y aun siendo
una ilusión, de más la añoro,
o puede ser a
causa de este frío
que incluso
de la nada me enamoro
y fértil se
me antoja lo baldío.
TADEO
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