DULCE EL AGUA,
MÁS DULCE LA CORRIENTE
Dulce el
agua, más dulce la corriente,
a su calmo
embeleso me confío,
es dulce y
blando el beso que da el río
como madre en
los surcos de la frente.
A un año (un
año luz) de toda
gente
mi
cuerpo es una nave, es un navío
que
flota mundo abajo, y siendo mío
nada
sabe de mí pues nada siente.
La
luna allá en el cielo prende el foco,
mi
vida es lo que flota en la sagrada
arteria
natural, y poco a poco,
lo
dulce de mi cuerpo en mar salada
se
adentra y como un muerto o como un loco
igual
que el agua dulce me hago nada.
TADEO
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