VENGO A
DECIRTE ADIÓS
Vengo a
decirte adiós, amante amiga,
escapa de mi
cuerpo lentamente
y llévate
contigo la serpiente
que impide
que en mis rezos te bendiga.
La fruta del
placer a amar obliga
hambrientos y
a escondidas de la gente
haciendo de
tu cuerpo un accidente
que tanta sed
de todo nos mitiga.
Vengo a
decirte adiós y a convencerte
que marches
como marchan los difuntos
en busca de
otra vida, de otra muerte.
Yo también me
retiro a mis asuntos
dispuesto a
soportar la mala suerte
de saber que
estaremos siempre juntos.
TADEO
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