domingo, 17 de junio de 2007

SONETO DEL ARREPENTIMIENTO


SONETO DEL ARREPENTIMIENTO

Como un perro ladrando, cuando su dueño llora
yo me entrego a la vida sin hallar salvación.
El portazo del mundo se está escuchando ahora
junto a los campanarios de la desilusión.

Ese perro que canta con voz desgarradora
entre las cuatro esquinas de nuestra habitación,
es el guardián del alma, la fruta tentadora
del tiempo en que vivimos nadando en la pasión.

Si sal puse en tus besos fue sólo por venganza,
por darte algún motivo de más para llorar.
Espero, no te importe, pues tengo la esperanza
de verte por mis playas un día caminar.

Aunque corran mis celos, siempre tu amor lo alcanza.
¿Qué será de esta roca si no la besa el mar?

TADEO

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