
SÓLO EL AMOR
Los tesoros del mar he despreciado
con todo su portento y su grandeza,
pues no existe en el mundo otra riqueza
que el fruto del amor que he cultivado.
Mal herido el orgullo, la torpeza,
la mentira y el odio confinados
al sitio conferido a los pecados,
al llanto, al sinsabor, a la tristeza.
Que no demore el Bien en su venida
pletórico de luz y fortaleza
para arrancar de un golpe cada herida.
Y tengamos por ley y por justeza
este canto de fe para la vida:
Sólo el amor engendra la belleza.
TADEO
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