SOSPECHOSA
Quién
eres, no lo sé, pero sospecho,
me vuelvo
un pensador en miniatura
que
ordena con razones la locura
del ave migratoria de su pecho.
Peinando
voy con lupa el blando lecho
teniendo
a mi favor la luz oscura
y
allí donde se posa tu figura
mis ojos
son guardianes al acecho.
Te
pienso, te interrogo, te medito
y tú,
mi delicada sospechosa
me
gritas si me callo, y si te grito
me
matas con silencios, tan hermosa,
y
luego quieres ser cuando te evito,
mi
novia, mi mujer, mi cualquier cosa.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario