NADIE
TUVO LA CULPA
Nadie
tuvo la culpa de esta herida
ni
Dios ni ese fantasma del espejo
que
joven me mostraba un rostro viejo,
la
muerte convirtiendo en pura vida.
Ni
tú, porque a la lengua se le olvida
pasado
ya el tsunami del festejo
ese
gusto dulcísimo y añejo
de
la piel por las ganas bendecida.
Ni
grande fue el delito ni pequeño,
ni sirva
la mordida que me dio
para
armar los añicos de este sueño.
El
caso ya ha prescrito, ya expiró,
si
buscas a mi muerte un justo dueño
el
único culpable he sido yo.
TADEO
2 comentarios:
Hola amigo, veo que seguimos con la buena cosecha y siempre es grato visitarle a ver que hay por acá.... Un placer como siempre. Saludos, maestro
Gracias, Alfonso, por tus bellas palabras. Me alegra mucho que mis versos te gusten. Un abrazo:
Tadeo
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