martes, 16 de abril de 2013

MAESTROS

 
MAESTROS
 
Haciendo por amor la guerra al miedo
cuando el miedo era más, en mi semblante
lloroso, di a mi mano agonizante
el impulso de Lope y de Quevedo.
 
Tratando de decir lo que  no puedo
muriendo a viva voz en el instante,
de Lorca y de Neruda fui estudiante
para hacer de mi verso su remedo.
 
De Bécquer, de Sor Juana, de Espronceda
bebí cuando el dolor el pecho ardiente
dejaba en mí el impacto de la seda.
 
Martí, Guillén, Lezama sonriente,
Machado, Juan Ramón, La Avellaneda,
sus sombras fueron luces en mi mente.

TADEO

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