LO
MISMO QUE EL BUEN MAR
El
alma se lanzó desnuda al lecho
queriendo
en la prudencia hacer estragos
después
que los piropos, los halagos
abrieran
los botones de su pecho.
Las
manos investidas del derecho
divino
de surcar los negros lagos
tocaron
con la astucia de los magos
el
fruto de la vida en su provecho.
Lo
mismo que el buen mar que a tierra llega
queriendo
penetrar al continente
viril,
con esa fuerza que doblega,
jugando
yo a inundarte cuerpo y mente
saltamos
por los aires de la entrega
dejando
algo de Dios en el ambiente.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario