CENICIENTA
En ese
instante en que se apura el roce
y a tu
belleza el alma se aficiona
me miras con
tus ojos de bribona,
y dices que
te vas, que son las doce.
Si quieres
ser princesa, reconoce
al menos mis
costumbres, mi corona.
Si vas a ser
la novia que abandona,
que manda a
que la suerte me destroce,
te pido, por
respeto al principado,
no enturbies
lo sagrado del ritual
si piensas
escaparte de mi lado.
Bien sabes
que calzarlo es la señal
precisa para
darte mi reinado.
¡No rompas el
zapato de cristal!
TADEO
3 comentarios:
Simplemente, me encanto!!!
Cariños...
Gracias, Oriana Lady Strange: Por tus palabras y tu visita. Qué bueno que estos versos te gustaran. Besitos:
Tadeo
Es encatador este soneto, será como el príncpe... Una gozada.
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