LA
ERÓTICA DEL AGUA
A
salvo del amparo de los techos
pedimos
a los cielos Dios y ayuda
y el
agua por tu cara blanda y muda,
corrió
sonrisa abajo hasta tus pechos.
La
lluvia transparente, a tus estrechos
ropajes,
apariencia de desnuda
le
dieron, y tu carne tan menuda
sus
arcos me brindaba satisfechos.
No
escampa y con placer las estaciones
se apiadan
de los frutos y los granos
igual
que de la sed de los varones
que
buscan contemplar en senos sanos
turgentes
y a la vista los pezones
delante
de los ojos y las manos.
TADEO
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