CANTO
DE OTOÑO
El
vaso del otoño se vacía
después
de haberse roto en mil pedazos
y
siento que me cortan sus retazos
la ganas
de escuchar tu melodía.
La
noche a su pesar se vuelve fría
y el
rostro que se ausenta de mis brazos
sin
luces que se apiaden de sus trazos
insiste
en ser mi sola compañía.
De
ti guardé en la sangre poco a mucho,
acaso
la obsesión por las mareas
nocturnas
del dolor contra el que lucho.
No
sé si vuelva a verte, si bromeas,
cuando
juras por Dios que me deseas
con
ese grito sordo que no escucho.
TADEO
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