BUENA
NUEVA
De
par en par abrirse he visto al cielo
y a
un tiempo descender con rostro tierno
el
hijo luminoso de lo eterno
trazando
claridades con su vuelo.
También
de par en par abrirse el suelo
y esclavas,
sometidas al gobierno
del
ser de doble rabo y doble cuerno,
las
almas desprovistas de consuelo.
Un
ángel mandó Dios de fuego puro,
dispuesto
a perdonar y a la simiente
humana
liberarla de lo oscuro.
Y
preso de su amor, cual penitente,
muriendo
puso en manos de la gente
un
rayo de esperanza en su futuro.
TADEO
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