domingo, 18 de noviembre de 2012

FIELES DIFUNTOS

 
FIELES DIFUNTOS
 
Yo andaba como un muerto por la vida
y sigo por la vida como un muerto,
hay tanto de guarida en mi desierto
y tanto de desierto en mi guarida.
 
Un muerto contemplando la avenida
muriendo en la ventana a cielo abierto 
y callo, porque sólo sé de cierto
el nombre de ese dios que nos olvida.
 
De qué sirve esperar, estar alerta,
mirando los difuntos que en la calle
escupen su dolor junto a mi puerta.
 
De qué sirve, aferrado a algún detalle,
pedirle al corazón que no desmaye
si ella vive feliz estando muerta.
 
TADEO

4 comentarios:

Patricia dijo...

Desaliento y dolor que solo percibe un corazón desolado y que pretende justificar el dolor de un corazón ausente.
Me encanto!!
Cariños...

Alfonso dijo...

Eso es... justificar el dolor de un corazón ausente. Quien sabe que es lo mejor para cada momento. Este poema, me gusta mucho, veo un alma en soledad que bien comprendo, aunque tenga una ventana abierta al mundo. Un abrazo, amigo poeta

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Gracias, Oriana, por tus palabras. Dices muy bien, este soneto es todo eso. Besitos:
Tadeo

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Gracias, Alfonso por tus hermosas palabras. Me gusta tu manera de interpretar estos versos. Un abrazo:
Tadeo