DESAMPARADOS
Quién
pone ante mis ojos esta vaga
y
oscura sensación de desamparo
del
que busca la luz de un triste faro
en
un barco fantasma que naufraga.
Por
el alma y el cuerpo se propaga
cual
flecha giratoria, cual disparo,
y
en el bosque del cuerpo, en algún claro,
apunta
y con la muerte nos amaga.
Quién,
viendo al mismo diablo en mi persona
me
aparta del amor que a Dios le pido
y
de negras espinas me corona.
Sumerge
mi silencio en el sonido
que
el eco de este mundo distorsiona
y
al tratar de atraparlo ya se ha ido.
TADEO
2 comentarios:
La lucha interna del pecado ronda de manera sumisa tus bellos versos.
Muy bueno!!!
Cariños...
Qué manera más linda e interesante de verlo, Oriana. La verdad es que me gusta cómo lo has entendido tú. Yo no he racionalizado mucho este soneto, pero tus palabras me van a ayudar a repensar sobre él. Besitos y gracias siempre por pasar.
Tadeo
Publicar un comentario