NO
HABLEMOS DEL AMOR
No
hablemos del amor porque no quiero
echar
a mi tristeza nueva lumbre
hoy
busco más que amor la mansedumbre
del
lobo que al soñar se vuelve fiero.
No
hablemos del amor, ya no la espero
por mucho
que en las noches la vislumbre,
a
todo se acostumbra la costumbre,
del
último dolor hasta el primero.
La culpa
fue de Dios, del hechicero
que
puso la ilusión en tierra extraña
y
hoy sólo me da luz y me acompaña
el
ojo silencioso del mechero.
Si
quieres ser el muerto que no daña,
no
hablemos del amor, porque me muero.
TADEO
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