AMOR DE MADRE
Bienvenido a la luz recién nacida
dijiste sin tener que decir nada
y el fruto de tu vientre haciendo entrada
cruzó la línea roja de partida.
Exhausta del esfuerzo, adolorida,
latiendo aún la placenta en tu morada
amiga fue y de amores la nalgada
de darle al nuevo cuerpo nueva vida.
En arco tus dos brazos anhelantes
le dieron el sosiego y el cobijo
en tu blando regazo, y los instantes
primeros en que Cristo los bendijo,
los hizo más que novios, más que amantes,
pues santo es el amor de madre al hijo.
TADEO
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