BUENA
SOMBRA
La
sombra que se acorta, que se alarga
con
ese proceder silente, austero,
y
recta, guardaespaldas, el sendero
llevando
con placer tu misma carga.
Ese
amigo en penumbras que se encarga
de
ser tu confesor y tu escudero
y
cruza sin quejarse el aguacero
en
tu noche más triste y más amarga.
Tal
vez quiera volar sin compañía
aprender
por sí mismo lo que duele
el
modo de agenciarse la alegría.
Mañana
quiera Dios que se rebele
de
ser entre fantasmas el pelele
del
cuerpo que lo nombra, que lo guía.
TADEO
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