LA
MUERTE DE LOS DIOSES
Quien
dijo la verdad de Dios ha muerto,
de
su sabia doctrina queda nada,
la
luz de su palabra sepultada
bajo
el manto de arena del desierto.
En
cada catedral, en cada puerto
habló
desde su estrella constelada
queriendo
separar del hombre, en cada
discurso,
la falacia de lo cierto.
En la noche difunta, en la sombría,
el mundo de los dioses se subleva
mostrando con su ciega rebeldía
que el que nunca ha salido de la cueva
confunde oscuridad con luz del día
y hasta el juicio final con buena nueva.
TADEO
1 comentario:
Buenísimo. Obedece a una realidad a la que se da la espalda. Abrazos
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