
LA BENDICIÓN DEL AGUA
Al árbol le ha crecido un corazón
y luego, dos manzanas suspendidas
cual juego malabar, y conmovidas
escuchan de las flores su canción.
Cansado, tras la fértil oración
que al Cielo con sus hojas detenidas
gritaba, las semillas esparcidas,
repiten a las nubes el sermón.
Mirando va la fruta los deslices
del agua milagrosa que se asoma
allí donde naufragan sus raíces.
Y cuando la mañana allá en la loma,
nos pega con la tarde en las narices,
el cielo, gota a gota, se desploma.
Al árbol le ha crecido un corazón
y luego, dos manzanas suspendidas
cual juego malabar, y conmovidas
escuchan de las flores su canción.
Cansado, tras la fértil oración
que al Cielo con sus hojas detenidas
gritaba, las semillas esparcidas,
repiten a las nubes el sermón.
Mirando va la fruta los deslices
del agua milagrosa que se asoma
allí donde naufragan sus raíces.
Y cuando la mañana allá en la loma,
nos pega con la tarde en las narices,
el cielo, gota a gota, se desploma.
TADEO
2 comentarios:
Maravilloso Tadeo! me encanta la frescura de tus versos, tan claro y tan vivaz! es como el despertar de la vida, tiene la fuerza del milagro.
Chau te felicito por tu vastísima producción; es una bendición la que tenés.
Un saludo.
O.T.A.L
hola amiga:
Me alegra mucho verte por mis versos, y me alegra que este soneto te haya gustado. Un abrazo:
Tadeo
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