miércoles, 16 de mayo de 2007

NÁUFRAGO


NÁUFRAGO

Te fuiste, corazón, sin decir nada
estando yo prendido de tu boca.
¿Y cómo he de saber si se equivoca
mi sombra locamente enamorada?

Besando sudoroso la almohada
mi mano te confunde en lo que toca,
sentirte entre mis brazos me provoca
corrientes de pasión desaforada.

Y puede que mi Dios, al ver, sonría
sabiéndome perdido en el empeño
del náufrago en su mar de fantasía.

Al fuego de mi amada, como un leño,
me entrego complacido cada día.
No quiero yo más vida que este sueño.

TADEO

No hay comentarios: