domingo, 6 de mayo de 2007

CARONTE


CARONTE

Con sus manos mortuorias el barquero
exige la moneda, de tal suerte
que el viaje de los hombres a la muerte
resulte, cuando menos, placentero.

La vara del experto gondolero
en la sagrada Estigia, donde invierte
el signo de la vida, se convierte
en ángel del camino venidero.

A bordo de su barca, el Aqueronte
navega procurando las ciudades
dejar donde fallece el horizonte.

Luchando contra recias tempestades
conduce al pasajero hasta que afronte
el destino fatal que brinda el Hades.

TADEO

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