martes, 27 de marzo de 2007

ESCULTURA



ESCULTURA

La puerta que encontré sobre su pecho
no daba al corazón, era una puerta
de bronce que jamás estuvo abierta,
metal sin contenido ni provecho.

Hormigas del placer, por el estrecho
pasillo de sus venas, con incierta
amargura gritaban: -está muerta.
Su cuerpo de mujer nació deshecho.

Corrió por mis mejillas la ternura
del susto del amor, y en su regazo
el vuelo levantó mi compostura.

Murió de soledad y de rechazo,
y triste permití que la escultura
se fundiera conmigo en un abrazo.

TADEO

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