sábado, 24 de marzo de 2007

ANHELOS



ANHELOS


Quisiera, del amor, subir al trono,
venciendo en justo duelo a mi pasado,
y luego, como un canto delicado
escuchar de tus labios: te perdono.

Quisiera ser semilla de tu abono,
ser árbol de tu fruto más preciado,
y a tiempo, retirar de tu costado
la estocada punzante del encono.

¿De qué le sirve a un noble caballero
poner al enemigo en desbandada,
o premiar con un reino a su escudero?

¿De qué le sirve, si su noble espada
no puede regalarle los te quiero
del corazón esquivo de su amada?

TADEO

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