EL
ÁRBOL DEL PLACER
El
árbol del placer su fruto esquivo
mostraba
con sus mágicos reflejos
y
todos, desde jóvenes a viejos
hablaban
a favor de su atractivo.
Se
sube al paladar, ardiente y vivo,
su
aroma, y de los sabios los consejos
se
nublan y los ojos van perplejos
si pruebas
tan jugoso aperitivo.
Risueño
es el manjar, y yo furtivo,
lo mismo que mi doble en los espejos
comiendo más y más de aquel cultivo.
Y
luego del festín de los festejos
amándola
me vi sin un motivo
y
estoy de adelgazar bastante lejos.
TADEO
2 comentarios:
Hola amigo poeta, maestro del verso. Un placer la visita. Felicidades y un abrazoffo
Gracias, Alfonso, por tu visita y tu hermoso comentario. Un abrazo:
Tadeo
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