CASACA
ROJA
Murió
pero no ha muerto en la batalla,
herido
y cual difunto se regresa,
poblando el interior de una calesa
modesta
para un hombre de su talla.
Casaca
roja, pantalón de malla,
sombrero
de tres picos a la inglesa,
cruzó
la mar en belicosa empresa,
sus
carnes a merced de la metralla.
Asedió
al enemigo en la muralla
del mal,
y en retroceso su princesa
al
verlo es una flor que se desmaya.
Y ante
el llanto copioso que no cesa
el
pecho le abre en dos, y por sorpresa
la bomba del amor de pronto estalla.
TADEO
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