ABDICACIÓN
DEL FUEGO
El
fuego que contemplas no es eterno,
lo justo
es que se enferme, que se muera,
la
lumbre vivirá mientras la hoguera
nos
salve de las garras del invierno.
En
el vientre del Cielo o del Infierno
la mismo
suele haber, y Dios no quiera
cambiar
lo que nos salva y nos libera
poniéndole
al futuro rabo y cuerno.
Cuando
exhale la flor el rastro tierno
y vuelva
sin pudor la primavera
el
fuego morirá para el gobierno
volver
a ser del disco, de la esfera
solar
que reinará con su fraterno
color,
pintando el mundo a su manera.
TADEO
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