VENDAVALES
A
bien perdida la mansión paterna
y echados
a volar de viento en viento
buscando
en cada trono hallar asiento
y en
cada cuerpo tibio una caverna.
Queriendo
ser yo mismo quien gobierna
y
erige a su recuerdo un monumento,
el
rico que se apiada del hambriento
el
pobre que compró la risa eterna.
Después
de tanto cielo recorrido
de
tanto doctorarme en despedidas
y
en vueltas y más vueltas sin sentido,
me
llevo de este mundo las heridas
de
amores vendavales que se han ido
buscando
nuevas muertes, nuevas vidas.
TADEO
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