ETERNA
ESTACIÓN
El
hijo de la luz y del deseo
se
siente como un dios altivo y fuerte
sin
ver que las espigas de la muerte
esperan
la estación de su apogeo.
Ni
Aquiles el hermoso ni Odiseo
aún
siendo bendecidos por la suerte,
pudieron
escapar del tiempo inerte
amén
de su derecho al pataleo.
Bebemos
de los pechos la materna
esencia
nutritiva y deliciosa,
comienzo
de la infancia dulce y tierna
sin
poder sospechar que religiosa,
lanzando
nuestros cuerpos a la fosa,
la
Parca nos conduce a vida eterna.
TADEO
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