AVE
DE PASO
El
alma peregrina me da aliento,
de
un pájaro difunto que procura
un
sitio en el recuerdo y su figura
escribe
tinto en sangre su argumento.
Como
una bendición que enluta el viento
del
cielo, la minúscula criatura,
alado,
cual capricho, en la escritura
dejaba,
a mi pesar, su testamento.
Tan
loco, tan feliz, tan sorprendente,
sin
importar el cazador antojo
del
bardo al escribir como un demente,
la
bala eché a correr detrás del ojo
y en
vuelo vertical el pecho ardiente
pasó
del blanco en el papel al rojo.
TADEO
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