PASIÓN
SIN FRUTO
En
esta vida que me doy, sombría,
el
gesto helado, la pasión sin fruto,
ungido
como rey de lo absoluto,
el
sol dejó sin corazón al día.
La
luna, y su redonda compañía
se
ausenta cada mes, se va de luto,
y en
vano voy buscando sustituto
a
tanta claridad que se extravía.
Me
invento una ciudad de piel de nube
distinta
a la de Dios e igual de tierna
a
donde el alma en espirales sube,
y
dulce, la mujer que la gobierna
me
brinda los amores que no tuve
y en
ella encuentro al fin la paz eterna.
TADEO
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