martes, 10 de abril de 2007

ETERNIDAD


ETERNIDAD

Porque la eternidad no cuesta tanto
ni cuesta atornillarnos al futuro,
voy a darle al domingo, por conjuro,
un lunes que voló de mi quebranto.

El martes me despierta, y me levanto
del fuego en el minuto más oscuro,
el miércoles escapa y me aseguro
de tener a la mano un jueves santo.

El viernes se convierte en lo que queda
de la postrera noche, ya liviana,
dejando que un segundo retroceda.

El sábado se acerca a mi ventana
sabiendo que al morir, tal vez suceda
que nazca de repente otra semana.

TADEO

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