miércoles, 11 de abril de 2007

DOLOR


DOLOR

¿Cómo pudiste, amor, decirme aquello?
Nadie podrá aquietar mi desventura,
y ante la frustración que me tortura
prefiero renunciar a tu cabello.

Llevo al diablo en la piel, y sin resuello
trato de recobrar la compostura.
Soy el dueño fatal de la amargura,
del llanto, del dolor, del atropello.

Aléjate de mí, no quiero verte.
Bien empezó lo nuestro y mal termina.
No seré yo quien sepa comprenderte.

Después de la explosión de adrenalina
dejas mi cuerpo enfermo y a su suerte
sufriendo lo que nadie se imagina.

TADEO

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