domingo, 24 de marzo de 2013

CORTEJO

 
CORTEJO
 
Otra vez el amor con su profundo
misterio me corteja, me procura,
hoy vuelvo a ser un Dios y la criatura
más simple y más pequeña de este mundo.
 
Hoy vuelvo a la comarca en la que fundo
un templo y una fuente de agua pura,
y luego, con un soplo de ternura
el templo lo destruyo en un segundo.
 
Yo mismo el obediente, el renegado
que puso por amor un San Benito
al duende del verdugo condenado.
 
El demonio del cuerpo del delito,
y al mismo tiempo, gloria a Dios bendito,
un alma desprovista de pecado.
 
TADEO

4 comentarios:

Anna Genovés dijo...

Buen trabajo, amigo poeta.

Ann@

Alfonso dijo...

Quien es de rica fuente en versos, ha de serlo fijo, en la fuente de los amores... Trabajos impecables los suyos, amigo.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Gracias, Anna, por tus palabras. Me alegra que este soneto te haya gustado. Besitos
Tadeo

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Gracias, Alfonso, amigo, como siempre es un placer contar con tus palabras en mis versos. Un abrazo:
Tadeo