TREINTA GIGAS
La sed que mitigaste y no mitigas
negándome el sustento y el socorro
que alguna vez gocé al beber del chorro
de esa luz que desprenden las amigas.
El pan de la ilusión, corteza y migas,
que hoy llega racionado y que me ahorro
pedir en cantidad por ser engorro
y causa de conflictos y fatigas.
Me han hecho comprender que, si cachorro,
tu voz me defendió de las hormigas,
del lobo, de la víbora, del zorro,
hoy falta en tu memoria y mal me obligas
al juego digital en que yo borro
tu rostro repartido en treinta gigas.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario