TOCARTE
Amor mío, que estás donde no puedo
tocarte en la conciencia, ni te alcanza
mi mano tan desnuda de esperanza,
tan sin la piel de Dios, tan sin su credo.
Al sudor fermentado del viñedo
me entrego sin pudor, y cuando avanza
por mis venas el tinto de crianza
mis manos te penetran dedo a dedo.
Me aposento en tu cuerpo y retrocedo
como he visto a la mar, en tentativa
de hacerse con el mundo, y me concedo
de tu boca, tu lengua y tu saliva,
y cuando empieza a despertarse el miedo
te vuelves tan distante, tan esquiva.
TADEO
Amor mío, que estás donde no puedo
tocarte en la conciencia, ni te alcanza
mi mano tan desnuda de esperanza,
tan sin la piel de Dios, tan sin su credo.
Al sudor fermentado del viñedo
me entrego sin pudor, y cuando avanza
por mis venas el tinto de crianza
mis manos te penetran dedo a dedo.
Me aposento en tu cuerpo y retrocedo
como he visto a la mar, en tentativa
de hacerse con el mundo, y me concedo
de tu boca, tu lengua y tu saliva,
y cuando empieza a despertarse el miedo
te vuelves tan distante, tan esquiva.
TADEO
4 comentarios:
Sublime, Tadeo. En serio, es una maravilla.
Besitos
Como siempre, Tadeo, tus sonetos son precisos y preciosos.
Un saludo
Querida Ananda:
Muchas gracias por tus lindas palabras. Me alegra mucho que este soneto te gustara. Besitos:
Tadeo
Querido Antonio:
Muchas gracias por pasarte por aquí y dejarme tu hermoso comentario. Un abrazo:
Tadeo
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