sábado, 6 de noviembre de 2010

RESURRECCIÓN


RESURRECCIÓN

A ver si esta oración me resucita,
me dobla el sentimiento como al viejo
galán que de repente ante el espejo
se pone a deshojar la margarita.

Si se acerca el demonio y Dios lo invita,
quién soy para pedirle a mi reflejo
que no se queje tanto, si me quejo
de imitar sin saber al que me imita.

Yo estaba bajo tierra, en lo profundo,
allí donde la vida se ha tornado
un cuerpo fantasmal y nauseabundo.

Y el cielo, contemplando, iluminado,
me lanzo como un muerto contra el mundo
con mi herida de amor en el costado.

TADEO

6 comentarios:

Liliana G. dijo...

¡Maravilloso! Seguro que este soneto ya te ha resucitado, Tadeo. El arte resucita, y estos versos lo llevan implícito.
El amor puede matar con sus penas, pero también resucita con sus caricias.

Un beso grande, querido amigo.

Cecy dijo...

OH! terrible esa herida de amor a un costado.
Aunque siempre se vuelve a nacer en cada amanecer.

Un beso Tadeo.

Verónica Calvo dijo...

Querido Tadeo, tiene mucha fuerza este soneto. Además, es una reflexión contundente de quien ha vivido.

Besitos

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Querida Liliana:
Muchas gracias por tus palabras tan lindas. Esas sí me resucitan y me hacen muy feliz y dichoso. Besitos:
Tadeo

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Querida Cecy:
Dices muy bien, siempre hay un nuevo amanecer para cada muerte de amor. Gracias por tus palabras y tu cariño. Besitos:
Tadeo

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Querida Ananda:
Me alegra mucho que este soneto te haya gustado. Te mando muchos besitos:
Tadeo