EN MI ORILLA
Algo de lejos recaló en mi orilla,
algo desconcertante y misterioso,
ni sutil ni brillante ni ingenioso,
para nada la octava maravilla.
Algo tierno con forma de semilla
que vino a perturbarme en mi reposo
cuando el mar con estrépito furioso
avanzó en mis entrañas media milla.
Algo dispuesto, en ilusión y sueño,
a dejar en mi arena dulce huella,
algo de Dios, por inventarle un dueño.
Y como todo lo que en mí se estrella
espacio le he buscado en el empeño
de encontrar yo también mi espacio en ella.
TADEO
Algo de lejos recaló en mi orilla,
algo desconcertante y misterioso,
ni sutil ni brillante ni ingenioso,
para nada la octava maravilla.
Algo tierno con forma de semilla
que vino a perturbarme en mi reposo
cuando el mar con estrépito furioso
avanzó en mis entrañas media milla.
Algo dispuesto, en ilusión y sueño,
a dejar en mi arena dulce huella,
algo de Dios, por inventarle un dueño.
Y como todo lo que en mí se estrella
espacio le he buscado en el empeño
de encontrar yo también mi espacio en ella.
TADEO
4 comentarios:
Creo que cuando algo nos llega así nunca puede ser la octava maravilla porque desplaza a todas las otras para ocupar el primer lugar.
Abrazos.
Hola El Éxodo:
Ante todo agradecer tu paso por mis versos. Luego te digo, que eso es siempre un riego que se corre, que lo que llega nuevo desplace a muchas maravillas anteriores. Tendrá que ver con el dicho de que escobita nueva barre bien, jejeje. Un abrazo:
Tadeo
El hechizo que llega a tu orilla con su ternura y su incipiente desborde de sentimientos, siempre es una ilusión para tener en cuenta y una esperanza que anida para no irse.
¡Precioso! Un soneto que es la octava maravilla :)
Un beso grande, Tadeo.
Querida Liliana:
Muchas gracias por estas palabras tan bellas que me dejas. Te envío un gran beso. Nos seguimos leyendo.
Tadeo
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