domingo, 17 de octubre de 2010

TENDRÁ QUE FLORECER


TENDRÁ QUE FLORECER

Tendrá que florecer sobre las pieles
marchitas, del placer, por la tardanza,
y darnos al festín de la esperanza
los santos, los difuntos, los infieles.

Las bocas, de los besos, tras las mieles,
sus lenguas endulzando en plena danza
impúdica, y la noche, por venganza,
al sol haga estallar en oropeles.

Con esas obsesiones me despierto
y en las regiones de la mente, frías,
la luna ha disparado a un hombre muerto

buscando entre las muertas compañías
a alguna que se acerque hasta su huerto
a sembrar cuando menos, utopías.

TADEO

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