UN
SUEÑO DE CRISTAL
Un
sueño de cristal tu cuerpo anida,
a salvo
de la trampa de mis celos,
y
alumbras por el bien de tus polluelos,
un
nido con un sol a tu medida.
Un árbol
que en las nubes se suicida,
con ramas
y con hojas de altos vuelos,
y
dulce, en cada rama, tus anhelos,
cual
fruta de pasión desconocida.
Tú
que vas levitando por la vida
curándole
a los muertos sus desvelos
escucha,
por favor, cuando te pida
remedio
a mis quebrantos, a mis duelos,
no
esperes que me cure de esta herida
rezando
al Padre Nuestro de los Cielos.
TADEO
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