sábado, 1 de junio de 2013

Y MARCHO TAN FELIZ

 
Y MARCHO TAN FELIZ
 
Yo que siempre viajé sin rumbo fijo
haciendo del viajar, de vida un arte
queriendo, peregrino,  en otra parte
hallar el alimento y el cobijo.
 
Yo que fui del hogar, ausente el hijo
que todos dan por muerto, y por descarte,
olvidan su porción si se reparte
del amor familiar algún alijo.
 
No sé qué extraña suerte me bendijo
que hoy tengo la intuición por vez primera
de saber a qué sueño me dirijo.
 
Y marcho tan feliz, quién lo creyera,
a la cruz del amor sin crucifijo,
aun sabiendo la muerte que me espera.

TADEO

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