MI
TRISTE AMANECER
Yo
supe del pecado de la luna
redondo
el vientre, delicado el busto
la
noche a su medida y a su gusto,
su doble en el cristal de la laguna.
Las once en el reloj de la fortuna,
y luego, sucumbir vencido el susto,
pagando por amarla el precio justo
más allá de las doce y de la una.
Mi
triste amanecer, mi desconsuelo,
el
reino de la luz extraña y fuerte,
y
el sol de mi orfandad, de mi desvelo,
tan
sólo con sus rayos darme muerte
consigue,
pues me está negando el cielo
oscuro
del amor y de la suerte.
TADEO
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