ALLÍ
DONDE TÚ ESTÁS
Allí
donde tú estás, en el vacío
informe
de tu cuerpo en noche helada,
te
siento tiritar desconsolada
cubriendo
con tu piel la piel del frío.
De
sudores tal vez, o de rocío,
o sangre
celestial de tu mirada
la
sombra llego a ver desdibujada
de
un charco y rumbo al mar después un río.
La
fuente tú serás del desencanto
cuando
yo en mi desierto una cascada
me
ponga a imaginar, y con espanto
compruebe
que mi sed desaforada
tan
sólo se complace en ser saciada
con
el agua salobre de tu llanto.
TADEO
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