martes, 16 de octubre de 2007

EL MARINO


EL MARINO

En la barra del bar de cada puerto
existe un barco hundido, una tormenta,
una voz que se apaga y que lamenta
la muerte del marino que no ha muerto.

Ausente del azul del mar abierto,
tan sólo le entusiasma y le contenta
mirar como Neptuno se violenta
y deja el malecón al descubierto.

Entibia su café, prende el habano,
Y vuelve lentamente a ser el hombre
que a ratos es un niño o un anciano,

sin que a nadie le importe ni le asombre,
su sueño de una noche de verano,
perdido en ese mar de los sin nombre.

TADEO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso tu homenaje al marinero, ser solitario y de duro trabajo. me asombra cómo consigues tanta inspiración. yo sólo puedo escribir en momentos muy especiales, o sea casi nunca me sale nada aceptable! Lolo

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Lolo.
Lo de la inspiración es algo que no llega casi nunca, así que no la busco. Procuro escribir sin ella. Lo que escribo tiene de inspiración, pero también de oficio. Cuando llevas 24 años en esto, cada vez es menos necesaria esa inspiración pura. Un abrazo.
Tadeo