
DESAMPARO
Y qué capricho el tuyo de estar lejos,
y qué sereno el llanto cuando miro
desde la esclavitud de mi retiro
tu sombra detenida en los espejos.
No son de tus pupilas los reflejos
que ruedan a placer cuando deliro,
ni cabe tu suspiro en mi suspiro,
ni guarda en mí el amor sus aparejos.
No te va a fusilar esta ternura.
No tienes que temer si algún disparo
te toca, porque suele ser la cura
del alma del farero sin su faro,
del loco que ha perdido su locura
en la vieja estación del desamparo.
Y qué capricho el tuyo de estar lejos,
y qué sereno el llanto cuando miro
desde la esclavitud de mi retiro
tu sombra detenida en los espejos.
No son de tus pupilas los reflejos
que ruedan a placer cuando deliro,
ni cabe tu suspiro en mi suspiro,
ni guarda en mí el amor sus aparejos.
No te va a fusilar esta ternura.
No tienes que temer si algún disparo
te toca, porque suele ser la cura
del alma del farero sin su faro,
del loco que ha perdido su locura
en la vieja estación del desamparo.
TADEO
2 comentarios:
qué hermoso este poema, qué bien rima. me impresiona lo del loco que ha perdido su locura. qué ruin es la rutina, sin ritual, sin centellas, sin naturaleza. Lolo
Hola Lolo:
Te tengo abandonado. Bueno, nada, agradezco tu hermoso comentario. Un abrazo:
Tadeo
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